Su sencillez y verdadero espíritu de adoración a Dios, fueron una tremenda bendición. Esperamos tener una próxima oportunidad para disponer de más tiempo y escuchar las hermosas alabanzas que Dios les inspira. NO CAMBIEN NUNCA SU FORMA DE ADORAR A DIOS. Gracias pastor Elías Jara, gracias hermano Reinaldo y equipo de trabajo, Dios les siga bendiciendo.
Compartimos información de este maravilloso Coro Polifónico que nos enviaron ellos mismo:
Coro Polifónico
Iglesia Metodista Pentecostal de Chile
Temuco - Centro
El Ministerio de Alabanza y Adoración Coro Polifónico de la Iglesia Metodista Pentecostal de Chile de Temuco nace en el mes de Diciembre del año 1938, siendo este ministerio coral el más antiguo de nuestra iglesia la cual surge en nuestro país a principios del siglo XX.
Nuestro coro polifónico ya con 70 años, ha estado integrado por un gran número de hermanos observándose en su interior el desarrollo de muchas generaciones y familias completas que han dedicado sus vidas en la Adoración al Dios Altísimo y cada una de ellas puede testimoniar la experiencia singular y hermosa que ha significado difundir a través de la alabanza que hay vida en Cristo y esperanza en Él.
En la Actualidad nuestro Coro está conformado por aproximadamente 50 coralistas, nuestro director es el hermano Reinaldo Espinoza Cortés y nuestro Pastores son Elías Jara Saavedra y Miriam Olave Bustos
Podemos mencionar también que nuestro ministerio, tiene la convicción de llevar a la persona de Jesucristo y la esperanza de una vida mejor a todas las personas. Nos hemos esforzado a lo largo de estos años, por llevar la melodía polifónica cristiana al lugar en donde nos requieran, independientemente de las condiciones y lo apartado de los lugares, por sobre todo de ir aquellos lugares donde Dios estime pertinente que desarrollemos lo que el mismo nos ha dado y a lo que nos ha llamado, de esta forma hemos recorrido el país, elevando un cántico al Altísimo, en distintas ciudades, espacios o lugares compartiendo además con mucha gente de distintos niveles socio económicos y socio culturales, llevando la buena nueva de la persona de Jesús a muchas familias.
No ha sido fácil, pero sin duda alguna, ya transcurrido setenta años podemos declarar con certeza y convicción que hasta aquí Dios ha estado con nosotros, el ha sido nuestro sostén, nuestra bandera y estandarte en todo tiempo, aún en los momentos de aflicción Él ha sido nuestra luz.
